Si tu coche duerme en la calle probablemente lo hayas encontrado como un cubito de hielo más de una vez. Salir temprano para descubrir que el coche no está listo para arrancar puede ser desesperante… sobre todo cuando vas con prisa.
Si quieres evitar estas situaciones, y además proteger a tu vehículo lo mejor posible de las inclemencias invernales, no te pierdas las siguientes recomendaciones:
Utiliza una lona
La mejor manera de proteger el coche del frío es utilizar una lona que lo cubra completamente, de ese modo se evita la congelación de las piezas, y el vehículo estará protegido también contra el granizo.
Hay modelos que se adaptan a todo tipo de vehículos, y son realmente fáciles de poner gracias a la goma autoajustable que suelen llevar. Si no te convence por cualquier motivo, también puedes optar por una usar una lona solo para la zona del limpiaparabrisas, te evitarás tener que rascar el hielo y no destacará tanto como una lona completa.
Cuida los limpiaparabrisas
Si las lonas no te convencen, puedes al menos dejar levantadas las gomas del limpiaparabrisas, así evitarás que se congelen en la luna y queden inservibles.
El líquido del limpiaparabrisas también es importante, asegúrate de que no lo has rellenado solo con agua, ya que entonces se congelará muy fácilmente y no cumplirá su función.
Revisa la batería
La batería es uno de los elementos del vehículo que más acusa el frío… ¿A quién no le ha arrancado el coche alguna vez después de una gran helada? Para evitar estas situaciones comprueba la antigüedad de la batería, y si ha cumplido su vida media de uso, es mejor que la reemplaces al primer signo de agotamiento. A partir de los 4 años las baterías suelen perder efectividad. ¡Que no te pille de improviso!
Comprueba el líquido refrigerante
Casi todo el mundo comprueba el nivel del líquido refrigerante, pero además es necesario asegurarse de que no está caducado, ya que con el uso va perdiendo propiedades.
Normalmente el anticongelante se presenta como un líquido de un color vivo, si este se ha puesto translúcido, ha perdido intensidad, o está ennegrecido debes cambiarlo cuanto antes. Lo mejor es vaciarlo y reponerlo todo para evitar sorpresas.
Descongela, no fuerces las cerraduras
Cuando las temperaturas bajan mucho el mecanismo de las puertas se puede congelar. Si en alguna ocasión te pasa esto, no utilices la fuerza bruta para tratar de abrir el coche, porque se podría dañar el mecanismo. Puedes utilizar alcohol, o incluso un secador de mano para abrir las puertas sin forzarlas.
Calienta el coche en ralentí
El frío afecta también al interior del coche, y especialmente a los líquidos. Si se inicia la conducción cuando el aceite, el líquido de dirección, y el líquido de los frenos están aún demasiado fríos, se podrían dañar algunas piezas importantes. Antes de lanzarte a la carretera, mantén el vehículo en ralentí unos minutos para que pueda calentar un poco toda su mecánica.
Hazte con los accesorios necesarios para el invierno
Si mantienes en el coche un pequeño kit con los accesorios que necesitarás para hacer frente al invierto, será mucho más fácil poner a punto tu coche por las mañanas. Lo más recomendable es llevar una rasqueta para retirar el hielo de las lunas, y algún producto descongelante para emergencias. Los líquidos descongelantes son muy cómodos porque actúan al momento, pero acaban disolviendo las gomas y dañando el coche con el uso habitual.
También es importante que cuentes con unos guantes, y con otros accesorios que puedas necesitar, como las cadenas, una manta, y una lata de aceite y combustible por lo que pueda pasar.
No dejes que el frío deteriore tu coche más de lo necesario y disfruta del invierno de forma segura al volante.